
Genealogía
Los carnívoros se diferenciaron del resto de mamíferos a principios de la era Cenozoica, hace unos 60 millones de años, en plena época del Paleoceno. Se diversificaron en la siguiente época -la del Eoceno-, produciendo diversos linajes, muchos de ellos asimilables a las once familias actuales. Una de ellas es la de los félidos, que se separó de los demás carnívoros en la época siguiente -la del Oligoceno-, hace unos 35 millones de años. La línea evolutiva de los felinos no está bien documentada, ya que el bosque, medio natural de los primeros “gatos”, no favorecía la formación de fósiles.
Los leopardos ancestrales
Los fósiles encontrados de leopardos demuestran que los ejemplares más primitivos eran de mayor tamaño que los actuales. Algunos de los más antiguos se han localizado en Sudáfrica, en un yacimiento que tiene una antigüedad de un millón de años. Junto a estos fósiles se encontraron también restos de Australopthecus -los antecesores del hombre-, y parece que se trataba de sobras de la comida de los leopardos.
Distribución geográfica
En África, el leopardo se encuentra al sur del Sahel, contacto también con alguna población aislada en el norte del continente. En Asia, por su parte, e distribuye por la zona meridional y oriental, incluido el Sinaí, sur de Arabia, India, China, Malasia, Indochina y Java. Existen, además, algunas poblaciones diseminadas al norte de Corea y el río Amur, y otras entre Turquía y Pakistán. Esta amplia distribución convierte al leopardo en el félido con mayor área de dispersión del planeta.
Hábitat
El principal bioma que ocupa en África es la sabana, en sus distintas modalidades: arbórea, arbustiva, herbácea y semidesértica, incluyendo las zonas más áridas o rocosas, preferentemente si mantienen una vegetación arbustiva. También habita en desiertos (como el Kalahari y el Namib), el bosque sabanoide y la selva densa centroafricana. Precisamente en la selva ecuatorial africana, el leopardo es el indiscutible super depredador.
Camuflaje
El camufalje del leopardo resulta sorprendente lo bien que se camufla el leopardo en la diversidad de ambientes en que está presente. El conjunto de manchas negras -o pardas rodeadas de negro- sobre fondo pardusco, a veces amarillento, incluso blanquecino, resulta muy eficaz, sobre todo si existe algún tipo de vegetación en el ambiente, ya que la silueta del felino queda rota por este diseño moteado. Para perfeccionar el camuflaje, las distintas poblaciones de leopardo han modificado algo su coloración según el medio en que se han adaptado. Por ejemplo, en los ambientes seos y semidesérticos, adoptan un pelaje más claro y grisáceo, siendo las manchas menos marcadas. Por el contrario, los que viven en la selva lluviosa tropical presentan una tonalidad de fondo más cálida y manchas oscuras, casi negras, lo que les confiere un mayor contraste, acorde con la densa vegetación boscosa.
Un animal arbóreo
El leopardo se distingue de sus par
Esta facilidad para trepar a los árboles del leopardo es importante en la sabana, pero en la selva adquiere una especial relevancia porque allí las especies se reparten los distintos estratos de la vegetación, a modo de ecosistemas diversos, y cada altura tiene distintas características de temperatura, humedad, iluminación, recursos, etc. Entre los parientes del leopardo que también son trepadores destacan el ocelote, el tigrillo y la pantera nebulosa. Los dos primeros son americanos, pero la tercera es asiática, por lo que comparte el mismo hábitat selvático que el leopardo.
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